El Nacionalismo en música se refiere al uso de materiales que son reconocibles como nacionales o regionales. Por ejemplo, el uso directo de la música folclórica, y el uso de melodías, ritmos y armonías inspirados por la misma. El nacionalismo también incluye el uso del folclore como base conceptual, estética e ideológica de obras programáticas u óperas.
El nacionalismo es comúnmente relacionado al estilo del romanticismo y Postromanticismo de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, al cual se le incorporan elementos locales o folclóricos, aunque existen evidencias del nacionalismo desde inicios del siglo XVIII. El término también es usado frecuentemente para describir la música del siglo XX de regiones no dominantes en la música, sobre todo de Latinoamérica, Norteamérica y Europa Oriental. Históricamente el nacionalismo musical del siglo XIX ha sido considerado como una reacción contra el dominio de la música romántica alemana.
Los países relacionados con mucha frecuencia al nacionalismo son: Rusia, Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Noruega, Finlandia, Suecia, Grecia, Ucrania, España y Gran Bretaña en Europa, y Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, Chile y Cuba en América. Algunos de los compositores más importantes comunmente asociados al nacionalismo en el siglo XX fueron: el brasileño Heitor Villa-Lobo (el primer y más importante compositor latinoamericano en destacar en los círculos musicales de Europa), el checo Leos Janacek, el finés Jean Sibelius, el húngaro Bela Bartok, el español Manuel de Falla, el mexicano Silvestre Revueltas, o el estadounidense Aaron Copland, entre muchos otros.
Manuel de Falla.
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